Qué mejor momento puede haber para un corredor en sus primeros años como profesional que recorrer las carreteras por las que entrena a diario y, además, hacerlo como escapado. El pasado mes de agosto, Rodrigo vivió esta experiencia en su primera participación en la Vuelta a Burgos, donde se estrenó con una fuga en la jornada inicial. Unas semanas antes había firmado su mejor actuación a nivel individual, siendo tercero al sprint en la última etapa del Tour del Lago Qinghai, donde se hizo con la victoria Eric Fagúndez.
En esta carrera en China y en otras posteriores como la Trans-Himalaya o el Tour de Hainan, donde el Burgos BH tuvo que defender el maillot amarillo, Álvarez jugó un papel clave, controlando las fugas y liderando el pelotón en favor de sus compañeros de equipo. Una labor que suele pasar desapercibida, pero que es de vital importancia en un deporte colectivo como el ciclismo. Además, Rodrigo ha demostrado que puede subir bien en la montaña y que tiene una buena punta de velocidad en sprints de grupos reducidos, fortalezas que tratará de potenciar el próximo curso con el Burgos BH.