Ander Okamika: “Sobre el papel, parecía una de las etapas más duras de la Vuelta a Andalucía. Pensábamos que podía haber una doble carrera, como hace tres años, cuando llegué a meta en la fuga de la primera etapa. Por ello, el equipo quería tener presencia delante. Me pude filtrar yo y formamos un grupo bueno de ocho corredores. Fuimos todo el día a un ritmo muy bueno, pero atrás varios equipos no dieron mucha ventaja. Llegamos a tener cuatro minutos a mitad de etapa, cuando comenzaba el puerto más duro del día. Con el grupo que teníamos, pensábamos que igual podíamos hacer camino hasta cerca de meta, pero atrás la carrera se volvió loca. Delante, Leknessund puso un ritmo muy duro y yo preferí mantener la calma y no cebarme. Se me fueron Silva y Leknessund y me quedé con Iribar. A partir del kilómetro 80, iba mirando por el retrovisor, porque la gente se iba moviendo. Sivakov llegó a nuestra altura y conseguí mantenerme a su rueda unos kilómetros. El recorrido era muy exigente y, en un repecho duro en un pueblo, ya no pude aguantar. Regulé un poco para coger aire, porque sabía que venía un pelotón muy reducido. Ahí intenté aguantar lo máximo posible hasta meta, aunque, después de haber gastado bastantes fuerzas durante toda la etapa en la fuga, me faltó un poco para aguantar en un grupo más cabecero. En general, contento con las sensaciones, porque ha sido un inicio de año complicado. Debuté hace dos semanas en la Comunidad Valenciana, pero, por una caída y un golpe en la rodilla, no pude dar lo mejor de mí y tuve que abandonar. Luego, estuve una semana en casa entrenando muy poco y recuperándome del golpe. Estoy contento de estar de nuevo en carrera y de dar presencia al equipo. Así que con ganas de seguir por este camino”.